Soy contradicción, soy insensatez, soy temor y soy frivolidad.
Soy el verso suelto que perdió la rima, la tilde que no oprime la palabra, la exclamación que no advierte, el silencio que perturba, el color de la sombra…
Soy el paso del tiempo, la rémora de aquel propósito, la virtud de la inconsciencia que alberga los errores.
Prefiero la primavera, el sentimiento a la palabra, una caricia a un reproche, un beso para expresarme y sí me invitas que sea con una sonrisa, prefiero la verdad a la piedad, el dolor al olvido, el atardecer al amanecer, el cansancio al letargo, el ruido al silencio, el calor al frio, la Navidad a la Pascua, la esperanza en mis proyectos, prefiero un no a un tal vez, una flor a un bosque frondoso, un pincel a un martillo, un abrazo a un apretón de manos, el teatro al cine, una canción a una oración, un acto a un propósito, el presente al futuro, el perdón al rencor, el sexo a la guerra, las pesadillas al insomnio, el vino al agua, las respuestas a las preguntas, tu cintura a la mía, la locura a la soledad…
Fracasé casi tantas veces como lo intenté, nunca acabé de aprender porque siempre encontré algo nuevo y por más que tropecé, siempre encontré una razón para seguir sonriéndote.
Me enseñaron a darlo todo y por eso nunca guardo nada; empeño mi alma en lo que pretendo, desconfío del azar y bendigo el esfuerzo.
He perdido mucho menos de lo que he arriesgado, nunca he encontrado lo que no he buscado y sueño despierto para no perderme ningún detalle.
No dije nada porque nada tenía que decir, escuché porque así aprendía, acepté por lo dos y rechacé por ti, volvería para encontrarte y me iría para añorarte.
Deudor a tu entrega, acreedor a tus pasiones, interventor de tus deseos y prescriptor de tu voluntad.
Porque siempre que llovió, escampó,…mi corazón te pertenece.
Porque sé que estás ahí, sigo aquí!
Porque me quieres, te amo.

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