La Colina de las Inquietudes
Probablemente la misión y la tarea más relevante a la que se enfrenta un directivo en el ámbito de sus competencias es la de la gestión del liderazgo. Mi primer pensamiento va para un todavía cuantioso grupo de managers que confunden dirigir con mandar, que articulan un discurso lleno de reproches y que obvian el ejemplo como seña de identidad.
Frecuentemente eluden conocer las inquietudes de sus colaboradores por miedo a su propio fracaso, a no saber gestionar el temor a aceptar que no son capaces de influenciar en la vía esperada o algo tan poco común en nuestra cultura como la autocrítica, la evolución objetiva y absolutamente interesada de nuestros colaboradores como fórmula de mejora incluso de aprendizaje.
Hace poco anoté en “mi cuaderno de cabecera”, el que va donde voy yo, una frase demoledora: “la gente no cambia de empresa, cambia de jefes” .
Quizás deberíamos empezar por el principio; Todos tenemos jefes, ¿no? ; al menos yo no conozco a nadie que no lo tenga; puede ser un escalón superior en la escalera jerárquica de una compañía, tu cliente, tu familia, tu pareja, tu vecino, tus amigos… siempre hay alguien que espera lo mejor de nosotros en el ámbito que sea. Pues bien, sí todos tenemos jefes, la primera reflexión que deberíamos hacernos es como me gustaría que nos trataran nuestro “jefe”; que debería hacer por nosotros, … no debería haber mucha diferencia entre nuestra respuesta y nuestra conducta, no? Lo dejo al sensato criterio de cada uno.
Me declaro un activista perpetuo en pro del aprendizaje continuo desde la absoluta humildad; de buscar y fomentar el talento a nuestro alrededor, procurando que nadie pierda la oportunidad de aportar, de criticar, de proponer, de preguntar y de responder, de ser y de querer ser, de evaluarse y dejarse evaluar, de hacer crecer y reinventarse cada mañana.
La misión de un líder es “hacer hacer”, permitir que fluya el talento y las competencias, sacar lo mejor de cada uno de sus colaboradores y no permitir que se ahoguen en el rincón del “me too”, del “sí Sr”, del “lo que usted diga” ; desconfíe del que le dé la razón por sistema; del que opine siempre como Usted o eluda la discrepancia…! Decía, un ilustrado directivo que en una habitación donde hay dos personas que opinan exactamente lo mismo, sobra una…. ; y añadía además, que si limitas tu criterio a estar de acuerdo con tus superiores, a hacer y a pensar lo mismo que ellos, …para eso ya están ellos y por lo tanto has cerrado las puertas a tus desarrollo.
Este es el compromiso que adquiero al escribir estas líneas en mi blog con mis compañeros, mis colaboradores, los que se unen a mi para conseguir los mismos objetivos, los que sostienen el espejo en que asomarse y crecer.
Jesús Moya
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